La situación histórica.
Local
inaugurado como mesón en 1985, después de una reforma respetuosa con la
historia del lugar. Por entonces fueron utilizados elementos históricos y antigüedades de
remotos lugares de España, elementos artísticos como grabados en piedra,
capiteles de granito, pinturas sobre las bóvedas o las cerámicas de Ruiz de
Luna. Dicha reforma fue dirigida por su propietario don Justo Nieto, instalado en la Cava de San Miguel desde 1960,
cuando abrió con sus hermanos el mesón del Champiñón, de tal modo que fue
consciente de la responsabilidad de su actuación en la obra del local.
No
se entiende la esencia de este lugar sin resumir la historia de una de las
calles más bonitas y mágicas del Madrid de los Austrias al que hoy hace honor el
nombre de este mesón.
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Cava de San Miguel desde el arco de Cuchilleros |
Bajando por
la Cava de San Miguel, que se llamó del Arcángel, en su parte izquierda antes
de llegar al arco de Cuchilleros se encuentran las fachadas en talud de las
casas, que por su parte trasera dan a la plaza Mayor, en los bajos del número
15 y 17 se sitúa el mesón Rincón de la Cava, en origen este local como tantos
otros era utilizado por comerciantes del mercado principal de la villa, que se
instalaba en la plaza del Arrabal, hoy llamada plaza Mayor, para guardar el
género que traían de los alrededores de Madrid. Hoy queda el testimonio de aquella época
guardado en sus muros y bóvedas de ladrillo macizo que hacen experimentar al
visitante una excepcional experiencia.
Por orden de Felipe II, al trasladarse la corte a Madrid
en 1561, son construidos los edificios que cierran la plaza Mayor en su trazado
actual. Obra terminada en 1619 por don Juan Gómez de Mora discípulo de don Juan
de Herrera, arquitecto inicial y que dirigió las obras del Monasterio de El
Escorial. Estas fincas que cierran la plaza Mayor y la Cava de San Miguel,
fueron hasta el siglo XX las fincas de mayor altura ya que tienen ocho plantas.
Galdós mencionaba estos edificios en su novela
Fortunata y Jacinta (año 1886), donde reside Plácido Estupiñá, y donde se produce
el primer encuentro entre Fortunata y Juan. La novela comienza y termina con
Fortunata residiendo en el mismo edificio que Estupiñá, situado en la Cava de
San Miguel número 15 y con una limitada vista a la Plaza Mayor.
Estas fachadas han sido rehabilitadas puesto que fue
muy grande el deterioro que sufrieron con el paso de los años, no obstante
pasear por esta calle y observar su monumentalidad hace sentir los ecos de su
historia.